Vida Diamante

Grecia es hoy la economía más pobre de la zona euro, si, Grecia, la helénica cuna de la democracia y la partera de la cultura nostra. Grecia la que siempre ha estado bajo algún experimento social, bien sea bajo sus propios gobernantes, bajo los bizantinos, bajo los romanos, bajo el fascismo y bajo el nacional-socialismo. Grecia ha vivido de todo, desde ocupaciones militares hasta guerras civiles. Pero nada como la destrucción socialista. Nada se le compara. Y es que definitivamente la izquierda solamente sabe dañar, destrucción colateral a los bolsillos y a los estomagos de las personas. Grecia, nodriza de la civilización occidental y gloriosa en otrora hoy vive de las consecuencias de ceder sus derechos y libertades a políticos populistas y a la cada vez más izquierdista organización supra-nacional Unión Europea y a su lacaya ONU en aras de obtener alguna suerte de salvataje y oxigeno de deuda a costa de naciones más “ricas”.

Grecia es un país hermoso pero para los turistas, hoy los jóvenes griegos solamente piensan en migrar, sacar provecho de ese pasaporte de la comunidad europea y largarse a un lugar en dónde consigan trabajo y estabilidad monetaria. Hay fuga de cerebros en Grecia y es que la vida puede ser muy dura cuando no tienes un empleo. Por primera vez en muchos años hay crisis de alimentos, aún dentro de la clase media es difícil tener suficiente dinero para comprar comida. Por primera vez organizaciones cristianas reparten comida masivamente al ejército de personas sin hogar que deambulan por Atenas, algunas iglesias son capaces de alimentar hasta 40 indigentes al día, la cifra de sin hogar es creciente y es alarmante y la crisis de los refugiados sólo vino a empeorar las cosas.

Esta es una advertencia tanto para los que creen que la social-democracia europea da buenos resultados como para todos los que piensan que una “unión de países que funcione como la unión europea” es buena y de beneficio para todos los países que lo involucren. A continuación las 10 Formas en que el GOBIERNO de GRECIA Destruyó su ECONOMÍA

1) Crearon una economía corrupta de República Bananera:

Las historia económica de Grecia es un excelente ejemplo de corrupción sistémica a nivel del Tercer Mundo y gasto descuidado. Grecia siempre tuvo una muy mala reputación fiscal. Desde que Estados Unidos les ayudó con el Plan Marshall en la década de 1940, Grecia fue un receptor constante de ayuda extranjera. Desde su independencia en la década de 1830, el país se encontraba en estado de incumplimiento el 50% del tiempo. Grecia es un excelente ejemplo de que el populismo y el flujo de dinero no son suficientes para crear una prosperidad duradera cuando la cultura del gasto y la corrupción impregna tanto el gobierno como la población. La economía griega es muy similar a la de América Latina en muchas cosas, especialmente por el hecho de que los políticos y los banqueros son amigos o el hecho de que el gobierno no recaude impuestos, confiando siempre en un futuro endeudamiento.

2) Crearon una cultura de dependencia

La dependencia de la ayuda exterior ha creado una cultura de dependencia política y económica que a quien menos beneficia es a Grecia y a quien más beneficia es a las naciones ricas de la UE. Nisiquiera podemos catalogarlo de rentismo. Dejemos de lado la jerga políticamente correcta de nuestra época y llamémosle lo que es: una cultura de parasitismo. La última vez que Grecia vio su presupuesto equilibrado fue en 1972, cuando el dictatorial “Régimen de los Coroneles” gobernó la nación con austeridad y puño de hierro. Desde entonces, el déficit promedio ha sido uando menos un 6% del PIB.

En lugar de tratar de fomentar el emprendimiento y mejorar la ética del trabajo, el gobierno ha alentado el crecimiento de un gran ejército burocrático cuyo única razón de existencia era alimentar los fondos públicos. El gobierno dependía de la ayuda exterior y los préstamos; el sector público dependía de los crecientes salarios y beneficios del gobierno, la población que no trabajaba, como pensionistas, estudiantes universitarios y madres con niños pequeños, dependía de las generosas donaciones. La pregunta no era si sino cuándo colapsaría este sistema insostenible.

3) Manipularon los datos económicos para ingresar a la Eurozona.

Al comienzo del nuevo milenio, por allá en los 2000’s el país tuvo algo de “buena suerte”. Antes de unirse a la zona euro, Grecia tenía una inflación muy alta, así como altas tasas de interés y deuda pública. La economía griega no estaba en condiciones de estar en la zona euro ya que su deuda pública era superior al 60% del PIB y su déficit presupuestario era superior al 3%. Estas cifras deberían haber descalificado a Grecia de entrar. Sin embargo, la decisión de aceptar a Grecia fue más política que económica. El gobierno griego cocinó los libros y manipuló los números reduciendo artificialmente el déficit presupuestario y las cifras de deuda del gobierno. Una vez que la UE se enteró, ya era demasiado tarde ya que el país ya era parte de la zona euro.

4) No entienden ni tienen motivación para reducir el déficit

Una vez dentro de la zona euro, el gobierno griego se dio cuenta de que ahora era mucho más fácil financiar el déficit presupuestario. Quizá ya no estaban motivados para reducir el déficit y la deuda. ¿Y por qué iban a hacerlo cuando los papeles de pagarés emitidos por el gobierno se vendían como pasteles calientes? El problema del déficit presupuestario crónico al estilo de Africa y America Latina la inflación, la deuda y la devaluación se resolvió viviendo a costa de utilizar a los países socios en la Eurozona. Naturalmente, el gobierno podría permitirse medidas populistas, algo que los países del tercer mundo sin las materias primas rara vez pueden permitirse. Antes de la zona euro, Grecia tenía una moneda nacional muy inestable y un sistema bancario vacilante. Después de la introducción del euro, los bonos del gobierno tenían una gran demanda, y los bancos europeos y de todo el mundo estaban haciendo cola para prestar más dinero al gobierno griego, sencillamente por que sabían que aunque los griegos no podrían pagar la UE vendría al rescate.

5) Crearon un paraíso socialista para el sector público.

Hasta el rudo despertar de 2010, los griegos vivían en una utopía socialista. El Estado proporcionó gratuitamente salud, educación superior, bonos y comida todos los días para los estudiantes. Los trabajadores del sector público tenían derecho a salarios de catorce meses por un año de trabajo, además de aguinaldos, beneficios sociales y varios bonos. La seguridad laboral no tenía rival, era casi imposible despedir a un trabajador del gobierno. ¿No le suena como la Venezuela del tirano Chávez? Incluso en el sector privado, a los propietarios no se les permitía despedir a más del 2% de su fuerza laboral en un año.

Un empleo estable del gobierno se hizo disponible para un gran segmento de la población, y el sector público constituyó el 40% de la economía. Solo la industria del turismo y la flota comercial permanecieron en manos privadas, mientras que prácticamente todas las demás empresas fueron nacionalizadas. El gobierno estaba lleno de comisiones y comités inútiles cuyo único propósito era proporcionar empleo a los griegos, claro está, empleo improductivo para la nación.

6) Realmente son los sindicatos quienes controlan al país

Hay dos cosas que no deberían estar tan compenetrados o tan involucrados en la política griega, la Iglesia católica ortodoxa y los sindicatos. Todos sabemos que la influencia de organizaciones de la sociedad civil no es buena en el Estado. El gobierno no entiende esta separación, de hecho, dejó que los sindicatos prácticamente controlaran la nación. Incluso en el sector público, que ya era demasiado generoso, los trabajadores del gobierno eran miembros de los sindicatos más poderosos y exigentes para las empresas. Podían acumular protestas grandes y a menudo violentas cada vez que algo iba en contra de sus caprichos, sabían llamar la atención en los medios locales e internacionales, como buenos sindicalistas si que sabían cómo salirse con la suya. Tenemos que recordar que tradicionalmente Grecia ha sido un caldo de cultivo para diferentes grupos de anarquistas, neo-nazis y comunistas, y este hecho fue bastante obvio en su vida pública. Las huelgas de 2010 fueron una reacción natural a la recesión y la introducción de las medidas de austeridad y reducción fiscal, pero incluso antes de eso, a los griegos les encantaba el fulgor de la pelea callejera. De 1980 a 2008, Grecia experimentó un número récord de huelgas nacionales. 38 de las 85 grandes huelgas generales o “paros nacionales” que tuvieron lugar en Europa occidental durante ese período ocurrieron solo en Grecia.

Por otro lado, “lo que no se ve” como diría Bastiat, es que como resultado de las demandas irrazonables de los sindicatos, las empresas privadas que querían seguir operando se vieron obligadas a pagar salarios escandalosamente altos por servicios no rentables. Por ejemplo, el beneficio anual de los ferrocarriles griegos fue de alrededor de € 100 millones, mientras que los gastos anuales como salarios y beneficios fueron más de € 950 millones. Las protestas sindicales también impidieron la privatización de las empresas, así como la reducción de la burocracia redundante y el despido masivo de personal.

7) Las pensiones eran estúpidamente altas

Gracias al generoso estado de bienestar, los jubilados lo pasaron bien en Grecia, mejor de lo que merecían. Cuando la recesión golpeó en 2009, más del 10% de los pensionados recibió pensiones estatales que excedían los 1500 € al mes. En el sector público, alrededor del 8% de los trabajadores ya podían jubilarse (por llegar a los 50 años), y algunos incluso podrían retirarse siendo tan jóvenes a los 26 años. El 24% de quienes se jubilaron ese año eran elegibles para jubilarse entre 51 y 55 años, mientras que el otro 44% podría jubilarse entre los 56 y los 61 años de edad. A esto tienes que añadirle que diferentes “grupos sociales” tenían derecho a recibir pensiones estatales de por vida, entre ellas hijos de madres solteras o mujeres divorciadas de trabajadores gubernamentales y militares. Más de 40,000 mujeres tenían derecho a esta pensión, y el monto total que el gobierno gastó solo en este grupo fue de 550 millones de euros al año. El terrible “corralito” del 2015 que sufrió Grecia fue consecuencia de todo esto.

8) Crearon los incentivos para ser una nación de tramposos

En América Latina lo conocemos bajo la frase del “chanchullo”, Grecia tiene mucho de esto y esta es otra forma en que Grecia se parece a una nación del Tercer Mundo. La evasión fiscal no es un delito, sino una cosa honorable. Sin embargo el estado necesita recolectar aunque sea un mínimo, el camino contrario es emitir deuda. No es de extrañar que con una cultura de evasión de impuestos, Grecia y la cercana Chipre se hayan ganado una merecida reputación de refugios seguros entre los evasores de impuestos de todo el mundo. Es cierto que el estado de bienestar del norte de Europa esta respaldado por altos impuestos que ahogan a sus ciudadanos, pero el otro extremo es Grecia depende de los préstamos extranjeros por no tener un sistema lógico de recolección. Ni los empresarios, ni los abogados, médicos u otros profesionales estaban dispuestos a pagar ningún impuesto, basta sólo con declarar sus ingresos en o por debajo del umbral de € 12,000. Este estilo de vida permitió a los griegos vivir en relativo lujo sin la carga de impuestos añadida. Incluso los magnates griegos se salvaron de impuestos. Las autoridades alemanas se sorprendieron por la incapacidad del gobierno griego y la falta de deseo de recaudar impuestos. Enviaron un equipo de profesionales de impuestos para enseñar al servicio de impuestos local cómo hacer su trabajo correctamente. El resultado fue una protesta pública y los especialistas financieros alemanes fueron acusados ​​de malas intenciones y comparados con los invasores nazis de la Segunda Guerra Mundial.

9) Crearon un terrible clima de negocios

El gran déficit fiscal, la deuda europea y los políticos populistas son 3 patas de la mesa, la cuarta pata de la tragedia griega son las duras condiciones para hacer negocios. Existen cientos de barreras diferentes para la competencia y el libre mercado, el empresario e inversionista se enfrenta con en una economía estupidamente regulada e intervenida. Hasta 2011, Grecia tenía 343 “negocios cerrados“, la lista iba desde taxistas hasta abogados, que estaban protegidos por costosos requisitos de licencia. La sobrerregulación de la economía resultó en la caída de las clasificaciones de Grecia en las calificaciones de Competitividad Global y Doing Business. Las empresas deben publicar sus registros financieros en periódicos nacionales y regionales, a los supermercados pequeños y supermercados grandes se les dice que deben tener 9 tipos de etiquetas de precios en sus productos, se les dice a los productores de oliva qué tipo de aceites fabricar y en qué proporción se les permite mezclarlos. Hoy mismo es el país más regulado de Europa para los negocios junto con Slovakia.

10) En lugar de abordar la crisis, se le echó la culpa al capitalismo y tomaron posesión los marxistas:

La pobreza es la madre de las revoluciones marxistas. Este sistema de gobierno inepto y corrupto que describí en los 9 puntos anteriores sobrevivió hasta enero de 2015. El sistema bi-partidista que gobernó Grecia durante las últimas tres décadas y media no tenía prisa por arreglar la problemática económica que habian creado. Solo cuando no había otra salida, el gobierno griego comenzó a implementar las reformas tan esperadas, sin embargo el paquete fue gradualista en lugar de shock. El Banco Central Europeo, el FMI y la UE básicamente obligaron a Grecia a desregular la economía, despedir empleados, privatizar las empresas estatales y recortar el gasto público. El paquete de ayuda dependía de estas reformas tan necesarias. Esta nueva vida austera de acuerdo con sus medios resultó ser muy difícil para los griegos, era lógico que así sería en el corto plazo, pero nadie se los explicó. Subieron los precios de servicios públicos, los salarios y las pensiones se congelaron, la edad de jubilación se incrementó a 65 años, los impuestos aumentaron y se abolió la multitud de beneficios y subsidios.

Los resultados fueron predecibles. La población estaba cada vez más frustrada y enojada con “el sistema”. En una atmósfera tan tensa, el sistema político ya no podía aferrarse al poder y por supuesto, la culpa se la terminaron echando al capitalismo. El gobierno fracasó en muchos niveles, pero lo más importante es que no logró hacer crecer la economía con sus reformas gradualistas ni explicar adecuadamente las medidas de austeridad al público en general. El marxismo fue ganando terreno aún entre la clase media griega, en enero de ese año, una coalición marxista radical ganó las elecciones y declaró que ya no está obligado por los acuerdos hechos hace 5 años. La retórica populista de la coalición Syriza ha llevado la situación a un callejón sin salida. El enfrentamiento entre la UE y el gobierno griego elegido continúa, y todos esperan ver quién parpadeará primero.

Quiero hacer énfasis en esto; la actual crisis política y económica no fue provocada por el capitalismo de libre mercado sino por la ineptitud y las medidas a medias de gobiernos anteriores, y por la actitud general griega – tanto líderes como población – de que no fue culpa suya, faltos de arrepentimiento y reconocimiento de lo malo que hicieron, su país terminó en un desastre. Los marxistas pudieron capitalizar el estado de ánimo general de descontento y convertir el sentimiento de ira no en contra de la cultura griega de gran gobierno, corrupción, mala gestión y derechos “sociales”, sino en contra de las instituciones financieras internacionales, de los comerciantes y a favor de más populismo. La comunidad internacional ahora está pagando un precio por intentar rescatar a los griegos de la crisis de su propia creación, especialmente la avaricia de los prestamistas nunca dará réditos en la socialista grecia moderna.

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