Vida Diamante

  • Por M. Alejandro Arteaga León

La palabra «homofobia» surge inicialmente en 1965 como un término despectivo inventado por el psicólogo George Weinberg, y que luego Weinberg acuñó en su libro de 1972, «La sociedad y el homosexual saludable» (en inglés, Society and the Healthy Homosexual) en el cual sugiere que todo aquel que alberga prejuicios contra los homosexuales sufre de una enfermedad mental. En la oración inicial de su libro afirmó: «Nunca consideraría a un paciente sano a menos que haya superado su prejuicio contra la homosexualidad».

El Dr. Weinberg discutió sus ideas con los activistas homosexuales Jack Nichols y Lige Clarke, quienes usaron el nuevo término en una columna que escribieron para la revista Screw el 5 de mayo de 1969. Fue la primera aparición de la palabra impresa.

El autodenominado Movimiento Homofilo Estadounidense (uno de los primeros movimientos gay en USA) en los 60’s y 70’s empezó a utilizar el término.

Al principio el término se popularizó como una alusión a personas con una aversión extrema al punto de acudir a la violencia contra personas homosexuales. Luego, paulatinamente se empezó a aplicar a otras personas que sencillamente no comparten la promoción y propaganda de la homosexualidad por otros motivos sin incurrir en ningún tipo de odio, temor o violencia.

La utilización de hoy de este término conforma, ya sea inconsciente o conscientemente, una aplicación de las técnicas retóricas de control de masas herederas de la Escuela de Frankfurt. Estas buscan estigmatizar y transformar en verdaderas patologías aquellos aspectos de la sociedad que se desea modificar. Ver fuente: (The Frankfurt School and Critical Theory)

No estoy diciendo que los movimientos LGBT utilicen estas técnicas retóricas deliberadamente, sino que inconscientemente se utiliza como herramienta de corrección política y victimización, y a pesar de la relación entre socialismo y derechos LGBT que hubo al principio (y aún hay) en estos movimientos los movimientos LGBT hoy utilizan esta palabra como una cultura dentro de sus círculos, sin tener necesariamente relación con los socialistas, no piensan en eso ni les importa, simplemente estos movimientos tienen vestigios, consecuencia de las ideas de los primeros activistas de los movimientos gays (que también eran socialistas en su mayoría, como Edward Carpenter, Will Geer, Sherry Wolf, Harry Hay, Bayard Rustin, Emma Goldman, David Thorstad, Allen Ginsberg y Daniel Guérin, entre otros) entonces de ser utilizada en los grupos gays hoy día ya se ha promovido esta palabra al resto de la sociedad, utilizada arbitrariamente y como herramienta de victimización de colectivos.

Más allá de su utilización original, el término se utiliza hoy como etiqueta de corrección política, o sea, en cualquier ámbito cuando alguien es catalogado de «homofóbico» se invalida cualquier cosa que diga y de hecho, ya se ha implantado en varios países la penalización y el castigo a la «homofobia» entendiendo ésta como «cualquier discriminación o declaración pública que atente contra la dignidad de personas en virtud de su orientación sexual» en su código penal. (Ver fuente)

Ya hoy todo tipo de famosos se han declarado en guerra contra la «homofobia» como un crimen de odio, que debe ser castigado con la Ley, personas como el famoso futbolista francés Antoine Griezmann afirmó que «La homofobia no es una opinión, es un crimen«.

Y de hecho, ya se han encarcelado a personas en varios países por «homofobia» o «insultos homofóbicos», y ha habido casos donde peleas entre dos hombres se convirtieron en un «crimen homofóbico» porque uno de los partícipes resultó ser homosexual (Seis meses de cárcel dieron a un hombre por «homofobia»). Y delitos de verdad, agresiones físicas o asesinatos, puede depender el grado de penalización si en el delito hay cosas como «agravantes de discriminación por orientación sexual«, aumentando la pena por «crimen homofóbico» y no por el hecho de ser un asesinato a una persona. (Ver fuente)

Los adjetivos «homófobo» u «homofóbico» no tienen el respaldo de estudios científicos, ni está registrado en ningún manual de psiquiatría, ya que dice ser una supuesta «fobia» (las fobias son patologías). El término es un invento socio-político, utilizado hoy para atacar e intentar silenciar a las sociedades e individuos que tienen una actitud o instinto natural aversivo hacia la práctica homosexual, como se tiene al ver actos sexuales incestuosos, intergeneracionales, múltiples u otras relaciones no tradicionales, de hecho cuando una persona ve un beso entre un adulto y un niño (así éste quiera dar el beso) le causa repulsión al que lo ve, pero no piensa porqué, sino que más bien es algo instintivo (sin pensar en que tal vez podría ser la mamá y un hijo sin tener ningún tipo de motivación erótica) ¿entonces es fobia también? No. No es algo ni tradicional ni normal naturalmente y por eso se siente un rechazo instintivo. Simplemente este término se está utilizando hoy para apartar socialmente a quienes disienten con los preceptos sostenidos por el movimiento LGBTQ. Todo aquel que no esté de acuerdo con el movimiento, es homófobo.

El término se solía aplicar al principio a personas que agredían físicamente a homosexuales (sin existir agravante legal por «homofobia»). Pero una vez logrado esto, comenzaron a extender su uso de manera indiscriminada, como etiqueta de corrección política para atacar a personas que no comparten y critican los postulados del movimiento cultural LGBTQ, la difusión masiva de una simple conducta sexual, y a la expansión de privilegios sociales a través del aparato gubernamental y la fuerza estatal en virtud de la conducta sexual.

La mayoría de las personas que discrepan con este movimiento no manifiestan un temor irracional, sino la preocupación del daño moral, social y los daños a la salud que el estilo de vida homosexual puede causar a todo tipo de personas, incluyendo a los propios homosexuales (En los Estados Unidos, los hombres gay y bisexuales son la población más afectada por el VIH. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en el 2017, los hombres gay y bisexuales tanto adolescentes como adultos representaron 70% de los nuevos diagnósticos de infección por el VIH en los Estados Unidos y sus territorios dependientes).

El movimiento LGBTQ, toma como pretextos la tolerancia, la igualdad, y la no discriminación, victimizándose por las agresiones pasadas y presentes contra homosexuales (reales o no), con el fin de justificar acciones como redefinir el concepto de matrimonio, de familia y la adopción de niños, esto bajo el privilegio legal de la prohibición de discriminación o elección en virtud de la orientación sexual (Ver fuente).


En 2006, Caridades Católicas de Boston, que había sido una de las agencias de adopción más antiguas del país, se enfrentó a una decisión difícil: violar su conciencia o cerrar sus puertas. Para obtener una licencia del estado, Caridades Católicas de Boston tendría que obedecer las leyes estatales que prohíben la «discriminación por orientación sexual«. (Ver fuente).

O sea, ninguna institución puede elegir a quienes ofrecer sus servicios, o negarse a ofrecer el servicio a alguien por motivo de orientación sexual. Poco se habla de esto, pero las instituciones médicas en distintas partes ponen restricciones a las personas que practican sexo homosexual o bisexual en los ámbitos de donación de sangre, esto porque según los estudios, como ya demostré y dejé fuentes, dicen que una persona que practica sexo homosexual es mucho más propensa a contraer enfermedades venéreas. Entonces, al aplicarse estas leyes promovidas por los movimientos LGBTQ contra la discriminación, estas instituciones médicas están obligadas mediante el Estado y no podrán negarse ni establecer sus propios criterios, y en donde continúen estas instituciones médicas estas prácticas, es otro espacio de lucha sociopolitica del colectivo LGBTQ. (Ver fuente)

Por lo tanto, el término «homofobia» ha perdido completamente su significado y se ha convertido así en una herramienta de corrección política que condena a quien rechaza la promoción cultural (y política, utilizando el aparato gubernamental y la fuerza de la legislación para imponer privilegios a colectivos determinados) de la homosexualidad y el movimiento LGBTQ. (Ver fuente)

No tomando la orientación sexual simplemente como un modo de vida personal, sino como herramienta política a través de la victimización de colectivos bajo una dialéctica entre opresores y oprimidos.

De la aceptación de éstas supuestas «fobias» se deriva el absurdo de que la humanidad por considerar la práctica homosexual algo no convencional o algo anormal «ha estado enferma desde hace miles de años y sigue estándolo» y por ser una «sociedad enferma» y «homofóbica» se justifica la ingeniería social llevada a cabo por los partidos políticos trabajando desde la legislación y el poder del Estado para «corregir» este problema.

Ahora bien, muchos activistas del movimiento LGBT alegan que este término está bien porque ha sido aceptado por la RAE en 2014. Las modificaciones que se hicieron en 2014 según el director de la Real Academia Española en 2014, José Manuel Blecua, se hicieron con la motivación de adaptarse a las demandas de los colectivos, adaptarse a los tiempos modernos y evitar el «machismo» o la «homofobia» en las nuevas definiciones. (Ver fuentes)

Por su parte, el académico director del Diccionario desde 2011, Pedro Álvarez de Miranda, afirmaba que “Hay que procurar no herir la sensibilidad de nadie pero la lexicografía no puede hacer dejación de su responsabilidad, que es consignar lo que en la lengua existe”.

La Confederación Española LGBT COLEGAS en 2014, pidió encarecidamente a la RAE un diccionario más inclusivo y diverso en el que se vayan eliminando cargas negativas en palabras y acepciones que aún mantienen la discriminación y los estereotipos en el lenguaje, y a la vez agradeció a la RAE por haber incluido los cambios que afectarán de forma positiva al movimiento LGBT.

Por su parte, La federación andaluza de la asociación de Arco Iris considera que la última edición del «Diccionario de Real Academia Española (RAE)», en concreto la vigésimo tercera, es la menos «homófoba y machista», agradeciendo por atender a sus demandas.

Ya desde 2009 el presidente del colectivo provincial de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de Jaén, Gonzalo Serrano, celebró y felicitó a la Real Academia Gallega por la confederación Colegas tras el acuerdo por el cual se han modificado diversos términos «anacrónicos y discriminatorios» que afectaban al colectivo LGBT, exigiendo en este sentido a la Real Academia Española (RAE) la actualización del diccionario. Afirmando que «ahora es el momento de que la RAE actualice su diccionario y no se quede rezagada», pues «el uso de las palabras y su significado es un arma muy potente para luchar contra las discriminaciones sociales» afirmó. (Ver fuente)

Y ya FELGTB (La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales) desde 2016 está exigiendo y reclamando a la Real Academia Española (RAE) que cambiara la definición del término ‘bisexualidad’ porque la definición en ese momento alentaba a la discriminación contra el colectivo bisexual.

Y también María Paz Battaner, filóloga y lexicógrafa española. Desde el 29 de enero de 2017 miembro de la Real Academia Española afirmó el mismo año que «Si la sociedad cambia y esto es una reclamación de los ciudadanos, habrá que atenderlo«, a propósito de la campaña para incluir las palabras «heteropatriarcado» y «aporofobia» en el diccionario de la RAE apoyado por caras conocidas como Silvia Jato, Ana Belén, Melani Olivares, Carlos Hipólito y Juan Echanove a través de miles de firmas en ‘Change.org’.

Con esto demuestro, que la RAE de ser una institución portavoz de lo que se habla y surge espontáneamente en la lengua de las comunidades hispanas, se está utilizando hoy como un instrumento de determinados colectivos que tienen, declarados públicamente, fines políticos y culturales. La RAE no es quien crea el idioma, la RAE simplemente es un portavoz para explicar lo que se habla y surge espontáneamente en el idioma español de las comunidades que hablan esta lengua, una institución históricamente reconocida por las poblaciones hispanas, y hoy, como acabo de demostrar, está agregando términos por reclamaciones de activistas y organizaciones LGBT en España, que por cierto, están subvencionadas por el Estado español con dinero extraídos por vía impositiva a los trabajadores y empresas.

La palabra «homofobia» etimológicamente vendría del griego “homos” y “phobia” y por tanto un homófobo sería el que siente fobia (odio, miedo, rechazo irracional) por sus iguales, esto, significaría que, por ejemplo, un doctor tendría rechazo por sus colegas doctores, un abogado por sus iguales, abogados, un ingeniero por los ingenieros, y así ¿Tiene ésto sentido? La respuesta es no, es un disparate etimológico.

Aceptar este término es equivalente a decir que, por ejemplo, existe la «incestofobia» por considerar el incesto ya sea como algo anormal o desde el punto de vista social (las sociedades en occidente son en su mayoría católicas o protestantes) como inmoral, a pesar de ser éste un acto consensuado entre dos adultos conscientes, pero que no corresponde con lo tradicional. O que existe la «gordofobia» por no ver la gordura como algo bueno o bonito, o simplemente rechazarla ¿sería absurdo verdad? Pues déjame decirte que ya se está expandiendo esta palabra a quienes no les parezca la obesidad o gordura como algo bueno, «Gordofobia» como un «sesgo discriminador«. La «gordofobia» como un rechazo a personas con sobrepeso por no cumplir los «patrones estéticos establecidos» según ellos (como si la belleza fuese una conspiración que se estableció como un decreto).

Pero resulta que esto no se ha quedado en la «homofobia» sino que ahora para simplificar están utilizando el término «LGBTQFOBIA«, es decir, fobia a las lesbianas, fobia a los gays, fobia a los bisexuales, fobia a los transexuales, y fobia a los queers, creando hasta «observatorios contra delitos de odio o fobias«, ¿Se imagina usted, entre tantas orientaciones nuevas y nuevos «géneros« que se agrupan en todos estos movimientos y que se aplique la misma lógica social y legal que se está aplicando con la supuesta «homofobia«?
Se lo dejamos a su reflexión.

Este absurdo de la palabra «homofobia» ya se ha convertido en una acepción popular (significado que una palabra puede tomar popularmente) venida del idioma Inglés, y popularizada a través de la promoción por parte de los movimientos LGBT apoyados hoy no solo por el Estado, sino también por organizaciones mundiales como las Naciones Unidas, fundaciones privadas conocidas, con gran capital y fama como la Open Society Foundations, la Bill y Melinda Gates Foundation, OpenDemocracy, The Rockefeller Foundation, Ford Foundation, entre otras.

Mi propósito de haber demostrado que estos movimientos tienen este apoyo y financiación, es para los que vayan a negar, o argumentar, que no existe la promoción o propaganda de los movimientos LGBTQ+. Y demostrar que la palabra «homofobia» si se ha promovido de forma deliberada, no es una palabra que se haya popularizado espontáneamente, más bien forma parte de una «lucha cultural» de estos grupos. Etimológicamente está mal, científicamente está mal, ya perdió por completo su significado original, utilizándose arbitrariamente, y utilizada hoy con el fin de silenciar al disidente. ¿Por qué no solo dejar a las personas en paz sin darle tanta relevancia a su orientación sexual y ya? Es lo que se debería hacer.

Para culminar, hay que saber que, cada vez que alguien utiliza esta palabra, está siendo, consciente o inconscientemente, participe de un proceso de ingeniería social llevado a cabo por movimientos y grupos organizados por activistas con claras inclinaciones a imponer su forma de pensar mediante el Estado, y a deconstruir nuestra cultura por considerarla «opresiva», con sus propósitos políticos e ideológicos detrás. Dejemos ya de utilizar esta errónea y perniciosa palabra. El término adecuado para una persona realmente extremista debería ser anti-gay o anti-homosexual, aunque de igual manera ésta sería utilizada de forma indiscriminada por parte de estos movimientos, ya que hoy en día en occidente no se persigue a nadie por su orientación sexual, y organizaciones de gays libertarios y conservadores que abogaban por el gobierno limitado en defensa de los gays ya dejaron de operar por que ya cumplieron los propósitos por los cuales fueron fundadas; como por ejemplo lo fue Independent Gay Forum.

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  1. Muchas Gracias. Dios bendiga al Pastor MacArthur y a todos los que ponen a disposicion estos recursos valiosos

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