“Realmente no hay nadie bueno ni malo” – dijo un famoso escritor best-seller.
“Honestamente detrás de cada criminal hay un niño carente de amor, ellos necesitan amor y no violencia, cada quien hace lo que mejor puede con lo que sabe” – dice una psicopedagogo argentina.
“Todos tenemos un lado bueno y un lado malo, un lado hombre y un lado mujer, un lado racista y un lado tolerante. Un lado lobo un lado oveja. Lo importante es lo que alimentas pero en el fondo todo esta bien, porque todos somos así.” – Dice Deepak Chopra.
Frases como estas son enseñadas en las universidades de todo el mundo, las encuentras escritas en los libros más vendidos, son difundidas por artistas e influencers y cargadas a la arena por medio de la progresía, la izquierda, algunos líderes “espirituales” o la comunidad atea internacionalmente. Mientras que si decimos algo que respalde los silogismos de que “La bondad es realmente buena” y “la maldad es realmente mala” somos censurados y reprimidos casi de forma inmediata por las masas y autoridades a nuestro alrededor que no pueden creer que exista gente tan “retrógrada”.
El relativismo es el cáncer asintomático que poco a poco carcome las entrañas de la civilización occidental y se transformará en metástasis antes de que vayamos al doctor. Vale la pena que describa a que me refiero por un relativista; para los fines de esta entrada de blog, no me refiero yo a quienes piensan en la teoría de la física atómica que define que la luz se comporta como partículas y como ondas al mismo tiempo.
Se es relativista si se minimiza la maldad y se le busca defectos a la verdad, si se niega la evidencia, si se asume que la ciencia es solo un discurso que puedo utilizar para respaldar mi ideología, si se le ve al hombre como un objeto sin alma, si se niega el progreso real y se denuncian nuestras bases como sociedad.
Es aquel ser que sin evidencia pero con emociones, asegura que estamos perdidos y que debemos desechar nuestro pasado, olvidar lo que nos hizo ser, y no pensar en el futuro, solo vivir en el presente para intentar construir algo. Que un robot puede tener igualdad en derechos que un hombre. O un perro. Que nuestro propósito de vida es sencillamente pasarla bien. Hedonismo. Esa es su moral.
El peligro es no sólamente a nivel global e institucional, el peligro de tal dicotomía es incluso individual y mental. Un individuo débil, frágil, siempre demandante y con trastornos de ansiedad y depresión (para saber más como funciona esta deconstrucción del individuo léase mi articulo EL CAPITALISMO Y LA FORMACIÓN DEL CARÁCTER).
Si perdemos la noción de decir que es bueno y que es malo, si se censura la realidad, tendremos una generación de personas que temen a la verdad, y si la verdad es el principio rector de la libertad en la información y las ideas entonces privarnos de ella es la esclavitud, la servidumbre mental que alienaría nuestro mundo.
La Verdad es una sola. Si hay “varias” verdades ninguna lo es en realidad. La Verdad no solo es eterna, invencible y exclusiva, sino intolerante hacia la mentira, por muy “inclusiva” que esta suene.
He visto como muchos en Venezuela justificaban el chavismo bajo la idea de que “Chávez tenía buenas intenciones quizá hubiese funcionado mejor si tuviese tal cosa o no se hubiese hecho aquella o tal otra cosa.” La verdad es la verdad, el relativismo moral de los millennial dicen: Hitler pensaba que hacía el bien así que todo lo que hizo estuvo bien.
VIVIMOS EN LA ÉPOCA DE LOS RAZONAMIENTOS CARENTES DE RAZÓN
Si buscas en Google los “beneficios” de fumar tabaco, de comer helado y del socialismo los encontrarás, hoy todo es fácilmente justificable, los hechos repudiables y condenables como el aborto y el nazismo hoy encuentran sus justificaciones y viabilidades especialmente cuando apelas al relativismo moral y a la falsa “ciencia”, no importa cuán desastrosa sea tu idea, encontrarás “ciencia” que la apoye y te muestres sus falsos beneficios para que te sientas bien fumando, comiendo mucho helado y siendo socialista.
La educación humanista promueve el relativismo moral el cual acentúa los razonamientos ilógicos y castran la posibilidad de discutir argumentos, llevando a las personas a tener presuposiciones superfluas que se basan en emociones y en una narrativa del mundo que ha sido totalmente inventada bajo una cosmovisión de interseccionalidad.
Vivímos en la cultura del popcorn de microondas y del selfie, esto hace que tengamos (y me meto adentro por que siendo un veinteañero formo parte de esta generación) la maldita tendencia de reducir las ideas complejas y profundas a ideas simples y artificiales, al hacer esta reducción quizá simplificamos pero se pierde mucha esencia en el camino. Lo peor de todo esto es que las lacras de la sociedad quedarán como los héroes. Y es que el relativismo moral beneficia al sociópata, al cínico, al corrupto, al genocida, al tirano y a todo tipo de pervertidos.
UN MAL TANTO PÚBLICO COMO PRIVADO
Sabíamos desde siempre de la acción de los estados y gobiernos que mandaban a quemar libros y a cambiar los textos educativos para modificar la historia y fortalecer sus narrativas y argumentos, pero hoy en día este fenómeno lo vemos también venir desde el sector privado, el relativismo moral posmodernista esta impregnando la cultura de las empresas, volviéndolas más corruptas, menos productivas y más flojas, procedo a explicar este fenómeno.
Si los gerentes de una empresa no entienden muy bien conceptualmente que es el bien y que es el mal, entonces esta mentalidad relativista impregnará sus negocios de dos maneras muy marcadas, por un lado tienes el ideal de hacer dinero a cualquier costo, sin importar las vidas ni las implicaciones éticas que estén involucradas, lo importante es hacer utilidades, que más da si hago cosas malvadas después de todo, lo que es malvado para uno no es malvado para otros, la moral es algo relativo y la dignidad humana no es más que un cuento del judeo-cristianismo, somos simplemente atomos evolucionados, animales de carga con capacidad de contar y hablar, que solamente valen por lo que tienen, si el hombre tiene algo, vale ese algo. Ese es el materialismo moderno en el cuál vivimos. Sin principios trascendentes. Esto por un lado.
Y por otro lado la empresa podría caer en una espiral de improductividad por hacer feliz a todo el mundo y por dejar que cada quien haga como mejor le venga en gana, sin principios ni valores rectores, sin entender la naturaleza humana ni lo que hace que las sociedades humanas prosperen, por que ya en Europa no puedes despedir un empleado que sea homosexual, por que si en California despides a una mujer entonces no estás respetando la cuota de género. Y eventualmente creo que llegaremos al punto de que contratarán personas sólo por ser negras o mujeres, en lugar de por sus méritos o capacidades para el trabajo.
Entonces tienes liberales/libertarios en la calle de al frente justificando como bueno todo lo que hacen las empresas por el simplemente hecho de ser privadas, en un mundo post-apocaliptico serían los mas fervorosos fanáticos de Skynet en su intento de destruir el mundo utilizando Terminators por que son una empresa privada.
” La primera víctima en la pendiente resbaladiza hacia la tiranía es la verdad.” – Lawrence Reed
Dice mi amigo Lawrence Reed que uno de los signos reveladores de la decadencia moral es la poca valorización de la verdad, si no resolvemos esto en última instancia se nos llevará arrastrados por una fuerza centrífuga hacia el colapso de la civilización. Esta actitud descuidada, caótica y subjetiva hacia la verdad terminará siendo nuestra ruina. Cuando un pueblo valora la verdad por su propio bien y busca establecerla y defenderla, entonces otros valores críticos caen en su lugar: justicia, confianza, imparcialidad, civilidad, honor, templanza, etc. En la corte, testificamos bajo juramento de “decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad”, porque ni una buena conciencia ni una sociedad libre y civil tolerarán nada menos.
Cuando la verdad deja de ser un ideal y un absoluto y se convierte en solo otro inconveniente, o cuando la verdad es lo que cualquiera quiere que sea debido a algo que es más importante para ellos, el desastre está a la vuelta de la esquina.
Sabemos que el declive moral está en marcha cuando la verdad se ve como algo relativo: flexible y personal, no como una roca sólida sobre la cuál construiríamos nuestra casa sino como una pluma arrastrada por el viento.
Esto nos lleva a suprimir activamente nuestras conciencias y razonamientos para abrazar lo efímero, lo frívolo, la ventaja temporal, el aplauso de la mafia y las promesas de los demagogos.
Si eres acusado falsamente de un crimen, ¿qué verdad quieres que prevalezca en última instancia? ¿La de él, la de ella, la de ellos o la verdad? Si haces una acusación falsa y esperas nunca ser atrapado, ¿qué verdad quieres que prevalezca en última instancia: ¿La de él, la de ella, la de ellos o la tuya? Hay una diferencia, ¿no es así?
TIENE MUCHO QUE VER CON EL ATEÍSMO
Este movimiento de jóvenes “socialistas-hipsters-modernos-feministas-gays-ecologistas” nos esta guiando a un precipicio de relativismo moral, y con ello todos los problemas sociales que esto acarrea que van desde el suicidio hasta gente creyéndose caballos, pero la idea de fondo que la mayoría de este colectivo (por que así se hacen llamar) defiende es el agnosticismo y en menor cuantía: El ateísmo.
El problema del ateísmo no es la idea de que todo este extraordinario universo complejo y de perfectas leyes vino de la nada y no tiene propósito, sino el cómo eso te conduce inevitablemente al relativismo moral. Un ateo me dijo hace tiempo algo como lo siguiente:
” Si hubieses nacido en el medio-oriente serías musulman, pero como naciste en occidente eres cristiano. El concepto de justicia cambia con el lugar y con el tiempo las leyes cambian lo que conocíamos como ley hace años hoy se considera barbarie. Ejemplo clásico la inquisición de la iglesia en la edad media.”
Parece un argumento muy convincente. Ese es de hecho el pensamiento de nuestra generación de jóvenes. Mi respuesta fue casi inmediata, le escribí lo siguiente:
” Falso. Los principios son ATEMPORALES y A-ESPACIALES. Por esto es que se llaman principios, por que la verdad es la verdad en China y en Nueva Zelanda. Si la Ley de gravedad funciona en medio-oriente, estoy seguro que también funciona en occidente. Entiendo que confundas con catolicismo al Cristo de la Biblia y sus seguidores, es un error muy común, pero lo que el Imperio Vaticano realizó en esa época fue injusto, no tuvo nada de justicia y cualquier amante de la justicia (como Jesús) lo hubiese repudiado. La idea de que hay varios conceptos de justicia o varios conceptos de Dios no quita el hecho de que exista una sóla verdad. El hecho de que ahora los ideólogos de género digan que existen 177 géneros sexuales no quita la verdad de que solamente hay dos géneros: masculino y femenino, el hecho de que yo crea en varias falacias no las convierte en verdad, ellas siguen siendo mentiras y yo sigo siendo un engañado, sin importar si vivo en medio-oriente o en Canadá”
Japón es hoy el segundo país más ateo del mundo después de China, y es el mejor ejemplo de esto: Las elevadísimas tasas de aborto y suicidio en Japón nos demuestran que en las sociedades ateas la moral es vista como subjetiva y el relativismo permea en la cultura, por ende la indecencia y la anti-civiliae serán la nueva ética, masa arenosa y multicolor que viene a suplantar la sólida roca de principios que sostiene a la cultura occidental. Suicidios en masa y gente casándose con gente que no tiene claro si son perros, iguanas o comíquitas (manga). Total, después de todo, nada de lo que hagan en esta vida carente de sentido y propósito tendrá castigos ni consecuencias eternas.
Ver al cristianismo como el enemigo es nocivo para el progreso occidental pues allí están las bases de nuestra cultura de libertad y progreso – tal y como señala Jeffrey Tucker del AIER en su artículo “Ayn Rand está muerta” traducido por el Centro Mises – Pero las implicaciones sociales son mucho más nefastas que las sencillamente culturales y económicas. Cuando Dios no importa, entonces el adulterio en el matrimonio no importa, la honestidad en los negocios no importa, la familia no importa, homosexualidad no importa, la pedofilia no importa. Por que cuando dios no importa entonces la moral trascendente que juzga inexorablemente a cada cuál según sus obras no importa. Es sólo un concepto romántico.
El historiador y filósofo norteamericano-suizo Francis Schaeffer consideraba que la diferencia fundamental de las sociedades puramente humanistas o “descendientes de la Revolución Francesa“, es que piensan que el hombre es perfectible, que en algún momento pudiese alcanzar la perfección, pero ese no es su mayor peligro, “su mayor peligro es que no tienen un absoluto moral con el cual juzgar ni a su sociedad ni a sus gobernantes, todo esta en el líder, en lo que el líder considere correcto e incorrecto, este relativismo moral conduce inevitablemente a dar poder absoluto al hombre y abre paso al comunismo,” decía, he aquí fundamentalmente la diferencia entre las sociedades humanistas y las que surgieron tras la cosmovisión protestante como bien lo apuntaría el sociólogo Max Webber en su tratado.
LES HAGO UN LLAMADO A LA DEFENSA DE LA VERDAD; ANTES DE QUE NOS CAMBIEN HASTA EL LENGUAJE MISMO… ¿O “MISME”?.
Tenemos un trabajo enorme los individuos decentes pues la quiebra moral es una crisis aun mayor que la económica. Es cierto que a la familia corresponde la tarea fundamental. Pero, ¿qué pasa cuando en la escuela, en el transporte público, en las tiendas, en los medios y en las redes sociales no se aplican estas normas?, ¿Qué pasa cuando esos valores recibidos en el hogar tropiezan con la realidad de la calle?, ¿Cuándo el oprobio, la cultura de masas, de violencia, de lo políticamente correcto y de la banalidad se fomenta desde las mismas celebridades, autoridades y funcionarios públicos?
Necesario es entender que hoy más que nunca gobierna la izquierda y sus vertientes en todo el mundo desarrollado, y que siempre que la izquierda gobernó trajo crisis de ética, y no se lo atribuyo enteramente al ateísmo como muchos filósofos, además se lo atribuyo mas a lo que Bastiat decía: “Cuando hay demasiadas, leyes, regulaciones, permisos y controles que se contradicen entre si el hombre se encuentra ante dos vertientes o pierde su respeto por lo moral o pierde totalmente su respeto por la ley.“
Con fuerza e ímpetu tenemos que oponernos, resistir y demostrar lo que como siempre hemos demostrado: que los buenos somos indestructibles, que avanzamos y nos hacemos mejores. Seamos pequeños faros de luz en un mundo cada vez más oscuros, seamos la sal que preserva en un mundo cada vez más podrido, seamos luz y seamos sal. Por último les dejo este gran video que compartió mi amigo y hermano el periodista Fabricio Escajadillo.
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