Vida Diamante

Los hispanistas utilizan cada 24 de diciembre para difundir las mentiras inventadas por los historiadores hispanistas Pablo Victoria y José Rafael Sañudo de que hubo un genocidio perpetrado por el Libertador contra una población indígena inocente en Pasto. Le llaman la “Navidad Negra” de Pasto.

Afirmación que carece de sustento histórico alguno. La “Leyenda Negra de Simón Bolívar” es fácilmente refutada cuándo vamos a las fuentes históricas fidedignas. Veamos algunos factores que son importantes para definir que estaba pasando en ese momento histórico.

1) Los Pastusos eran fundamentalmente indígenas guerreros y temibles. Una guerrilla de salvajes comandada por Boves.

Siempre que preguntas a un hispanista que opina de los indios precolombinos te dicen que gracias a Dios dicha cultura ya no existe, pues aún viviríamos entre sacrificios humanos, canibalismo, castas y sociedades tribales.

Sin embargo, cuando se trata de la “Masacre de Pasto” te hablan de los derechos indígenas y de la gran riqueza cultural de estas personas que fueron asesinadas cruelmente por el malvado Bolívar. Ah, pero eso sí, ellos siempre se olvidarán de las masacres cometidas por el auto-proclamado “Reinado del Terror” de Pablo Morillo. Doble moral absoluta.

Además de ello, no estamos hablando de simples, pobres e inocentes indígenas, en realidad eran guerreros, rebeldes y estaban armados para causar daño. Robaban y aterrorizaban a las poblaciones. Comandados por Boves eran el terror de todo el mundo.

Por si esto fuese poco se habían declarado recientemente a favor del rey de España. Esto quiere decir, que en lugar de permanecer neutrales, decidieron tomar partido en una guerra que poco tenía que ver con ellos.

2) Los Pastusos no eran inocentes. Eran culpables de mucho derramamiento de sangre. Estaban ARMADOS y constantemente hacían rebeliones.

Desde la cruenta “Batalla de los Ejidos de Pasto” 6 años antes (batalla que fue ganada por los españoles) la zona de San Juan de Pasto y todos sus pueblitos aledaños eran leales a la monarquía.

En Junio le informan a Bolívar que los pastusos le habían caído a tiros a la iglesia y al obispo del pueblo por recomendarles la capitulación. Varios ciudadanos no-realistas tuvieron que huir de la ciudad por persecución. Así es la guerra.

Justo antes de ese Diciembre de 1822 ya venían con varias intentonas de desunir la república, tan sólo 2 meses antes se había presentado una sangrienta y violenta rebelión el 22 de octubre por parte de los pastusos a cargo del general Boves con apoyo de guerrillas neogranadinas improvisadas pero fieles al rey.

La situación se salía de control. Se les dió tiempo para rendirse. Finalmente, Bolívar envío tropas a cargo del Mariscal Sucre para confrontar la situación, las tropas patriotas vencieron a los rebeldes en la Cuchilla de Taindalá el 22 de diciembre y en el Guáitara el 23 de diciembre. En la madrugada del 24, al ver que no estaban dispuestos a despejar la zona, se les dió el “tiro de gracia” a esta población indigena y guerrera.

Es decir, estaban enfrentados. Era una guerra. Habían luchado varias veces en batallas distintas. No estamos hablando de gente desarmada e inocente.

Los pastusos eran el último reducto de rebeldes que ponían en jaque la estabilidad de la República. Además, eran la piedra de tranca que les cerraba el paso al Ecuador.

En la guerra de independencia había muerte segura para quien fuese que cayese en manos enemigas. No podían sobrevivir ambos bandos. O ganaban los rebeldes pastusos, o ganaban las tropas republicanas. Ganar en la guerra significa que el otro bando se rinda o deje de existir.

España había ordenado la muerte de los próceres, el mismo Libertador, habría de sufrir varios atentados de muerte, que de consumarse, hubieran afectado gravemente la Independencia. Pero finalmente muere más afectado y deprimido por el asesinato de Sucre que por la enfermedad misma.

3) No siempre los actos de guerra son limpios y justos. España era el mejor ejemplo de ello.

Tal y como los españoles quemaron a Guaicaipuro y su tribu mientras dormían. Así como descuartizaron y dividieron los miembros de José Felix Ribas. Hay actos de guerra que son nefastos, pero se hacen para dar un mensaje al enemigo. Cuando Boves venía en camino, toda la ciudad tenía que migrar.

Cada que un hispanista te diga que le parece injusto el “Decreto de Guerra a Muerte” recuerdale que antes de dicho decreto los realistas enterraban vivos a familias enteras en Venezuela que consideraban disidentes. ¿Que hay de las masacres que hizo España en Filipinas?

Así como las ejecuciones, violaciones y mutilaciones que los españoles hicieron en el nuevo mundo y que fueron denunciados por los curas y frailes de la época por violar las leyes de las indias establecidas por los reyes católicos.

¿O acaso no saben ustedes amigos hipanistas que Pablo Morillo sitió a Cartagena, ahogó en sangre el grito de libertad, en sus planes de reconquista, impulsados por el déspota Fernando VII? Ah, eso si fue un acto de guerra y no una masacre genocida como la de Pasto. Supongo.

La “Campaña de Pasto” duró dos años enteros y fue una “guerra de guerrillas” muy sangrienta con bajas de ambos lados, fue una campaña realizada precisamente para provocar la rendición de los últimos bastiones monárquicos de la República de Colombia.

Otro personaje que atacó al enemigo en plena Noche Buena fue George Washington, en Trenton les dio una sorpresa y exterminó a las tropas hessianas tras cruzar el congelado Rio Delaware, precisamente un 25 de Diciembre. Nadie dice nada malo de él, nadie creará una “leyenda negra de Washington” por haber “masacrado” al enemigo armado y belicoso mientras dormía.

Agustín Agualongo fue uno de los sanguinarios líderes de las revueltas indigenas de Pasto, cayó en manos republicanas y al momento de ser fusilado dijo jurarle lealtad al rey de España, un rey que nunca envió tropas ni refuerzos para ayudarlos y que posiblemente no sabía que Agualongo existiese.

Es importante – antes de finalizar – destacar el hecho de que también hubo indios colombianos y peruanos luchando del lado de Bolívar contra los realistas de Pasto, indígenas patriotas que no fueron adoctrinados por Boves.

De modo que no se puede hablar de “genocidio” aquí. Dejen de repetir esas mentiras. Un genocidio es el exterminio sistemático de una población desarmada por una razón no belicosa (raza, religión, color de piel, ideología etc.). En Pasto ninguna de esas condiciones se cumplen.

En conclusión: La Masacre de la Noche Buena de Pasto fue un legítimo y fundamentado acto de guerra.

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Historia

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