Vida Diamante

Hace unos días conversé con dos amigos diferentes, ambos cristianos, ambos colombianos y más o menos con un mismo background (personas acomodadas, de derecha y emprendedoras de Bogotá).

Con cada uno de ellos tuve algo que me gusta mucho hacer; Esto es una conversación larga, interesante y tendida sobre un mismo tema. En este caso el tema era: Las Elecciones Presidenciales.

Cuándo hablaba con mi primer amigo de Colombia sobre las elecciones de su país – al cuál siento mío también -, el me decía:

Leo, yo no fui a votar, por que después de todo se hará la voluntad de Dios, la gente que va a las urnas a votar no es cristiana, están totalmente depravados ¿crees que pueden tomar buenas decisiones?, (…) los domingos son para Dios (…) no importa lo que pase Dios es quien quita y pone reyes y nosotros vamos a pagar nuestros pecados como nación con un presidente malvado, comunista y corrupto. (…) Todo en este mundo está podrido, pronto vendrá el Rey de verdad

Justo ese mismo día, un par de horas más adelante, llamé a una querida amiga mía colombiana, ella también es cristiana. Me dijo:

“Leo, tengo un sentir por la juventud, hay que orar mucho, tenemos que clamar a Dios por nuestra nación, yo fui a votar, hice activismo y ahora me toca orar, ayúdame y oremos juntos por Colombia. (…) Que Dios toque a todo este país y sane tantos corazones, hemos fallado como Iglesia en hacer nuestro trabajo (….) Tenemos que hacer todo lo que podamos por nuestro país. Que sea Colombia para Cristo (…), que el diablo retroceda, que la luz de Cristo brille en todo esto y que el Nuevo Presidente y los que estén en eminencia nos dejen practicar nuestra fe en libertad y paz.”

En ambos casos ambos tienen razón. Bíblicamente hablando ambas cosas son ciertas. El primero de mis amigos es claramente un calvinista o bautista reformado, pero realmente cualquier cristiano fundamentalista bíblico podría sostener esa aseveración. La segunda persona, mi amiga, claramente es Arminiana y Pentecostal, pero cualquier cristiano de cualquier denominación podría tener este mismo sentir.

Al primero de mis amigos hay que leerle aquel pasaje de Oseas:


“Los reyes que establecen,
yo no los he escogido;
cuando nombran a sus príncipes,
nunca me lo dicen.”
– Oseas 8:4

Estoy seguro que ambos tienen la salvación, que ambos tienen buenas intenciones y que ambos aman al Señor pero la ignorancia de las Escrituras es la razón por la que solemos inclinarnos fanáticamente a un lugar o a otro. A mi amiga habría que leerle aquel pasaje de Daniel 2:21 (“El quita y pone reyes”).

Suele pasar más o menos el mismo debate político entre cristianos cuando se intenta comparar Romanos 13 con Hechos 5:29-31. El problema es que ambas cosas NO SON EXCLUYENTES pero tenemos la fatal tendencia de irnos a uno de los dos extremos en lugar de vivir en un medio virtuoso.

Un Evangelio Incompleto no es el Evangelio, es sólo una parte del Evangelio.

Si escuchas a Paul Washer y MacArthur durante una semana querrás suicidarte, tu auto-imagen será tan pobre que pensarás que eres tan inferior como el polvo y posiblemente entrarás en una depresión clínica. No te importará el sabor de la comida, sólo te importará la santidad y los misterios profundos de la teología sistemática.

Si, por el contrario, escuchas a Joel Osteen y Charles Stanley durante una semana pasará lo contrario, te sentirás empoderado, tu positivismo será tan tóxico y disociado que al momento de una tragedia o una enfermedad te negarás a la realidad diciendo: “No es una tragedia, no estoy enfermo, etc

Lo peor de esto, es que usualmente buscarás aprenderte únicamente los versículos bíblicos que apoyan las componendas de tu cosmovisión. “La Biblia da para todo” muchos dicen

Pero si lees la Biblia durante una semana encontrarás un equilibrio entre un Dios de ira, pero que es lento para la ira. Un Dios que golpea pero también restaura. Un Dios de amor inagotable, inmerecido y eterno pero cuyo amor está delimitado y definido en Cristo. Un Dios paciente pero cuya paciencia tiene límite y fecha de expiración. Es un Dios que no tiene denominaciones.

El Dios de la Biblia es Calvinista- Arminiano- Reformado y Pentecostal

Las dos cosas son ciertas. El mismo Dios que me promete en Proverbios 3 que me vigila cuando duermo y se encarga de cuidarme en cada paso que doy es el mismo Dios que lleno de ira quitó la vida a Uza por su falta de fe al menospreciar su pacto.

El evangelio completo, la visión completa. El mismo Jesús que prometió persecución y cárcel a su Iglesia es el mismo que promete que todo lo que pidamos en su nombre lo hará para que nuestro gozo sea completo.

Si, en Isaías Dios le dijo al pueblo que sus justicias eran trapos de inmundicia, pero también les prometió restauración, prosperidad y tiempos de paz si le obedecían. Ciertamente en Jeremías se condena al pueblo por sus pecados pero también Dios le dice al rey que tiene planes de darles paz y no calamidad.

Job y el cántico de Ana dicen que Dios es quien da riquezas y también pobreza. Ambas cosas no tienen por qué estar en contradicción. Proverbios dice muchas veces que la sabiduría de Jehová trae riquezas, larga vida y honor. Al mismo tiempo dice que la insensatez trae sufrimiento.

Si hermanos, el Dios que hace todo para su propia Gloria y beneplácito, también dijo: ” Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña para tu beneficio.” (Isa 48:17). Son las dos cosas, trabaja para su gloria y para nuestro beneficio. No tenemos que parcializarnos, podemos aceptar las dos verdades.

Si hermanos, el Dios que no escucha al pecador y quien está “enojado con el pecador todos los días” también dice que “Él es recompensador de quienes le buscan” (Hebreos 11:6) y que dbeemos seguir sus mandamientos “para que nos vaya bien en la tierra“, esos conceptos no tienen por que estar en enemistad.

Si hermanos, tenemos que predicar el evangelio de salvación, pero también tenemos que ser luz y sal, también tenemos que hacer buenas obras. Las dos cosas son necesarias.

Los extremos hacen daño a nuestra teología

Ni si quiera un rey o presidente tiene todas las respuestas sobre un asunto. Dios permite que sólo nos enfoquemos en algunas partes de su verdad y no en todas para demostrarnos que somos limitados, asombrarnos siempre y darle gloria.

Yo, personalmente, considero que es un deber cristiano combatir a cualquier clase de tiranía con rigor y fuerza. Pero no condenaré ni juzgaré a mis hermanos que no piensen igual que yo y cuya consciencia e interpretación de la Biblia les lleve a tener una actitud más pasiva con respecto a los gobernantes humanos.

Si eres un creyente Colombiano debes salir a votar, a construir un mejor país. Pero también debes orar, humillarte delante del Señor y pedirle un mejor país. Por que el hecho de que todo dependa de El a última instancia no anula tu responsabilidad. Ese es el principio bíblico de MAYORDOMÍA.

Es muy evidente que hay hermanos “puritanos” que quieren renunciar absolutamente a todo lo material, mientras hay otros que solamente se enfocan en ellas. Hay hermanos que toman la Biblia de forma tan literal y fundamentalista que se frustran por no poder vivir bajo el estándar del sermón del monte. Otros se dejan guiar más por sus sentimientos que la Palabra tiene el último lugar. Ambos grupos tienen versículos bíblicos para sustentarse. Yo digo que debemos caminar en un punto medio.

Muchos utilizan a Pablo como ejemplo de sufrimiento; Ciertamente Pablo sufrió muchas dificultades y fue asesinado; sin embargo, no podemos olvidarnos de cómo Dios lo salvó de la prisión en que se encontraba adorando junto a Silas, ni como salvó su vida en altamar, ni los momentos en dónde dijo que tenía suficiente provisión.

El mismo dijo que sabía vivir con abundancia y con escasez. Dios permite que suframos, pero a veces nos prospera. Dios nos prospera pero aveces permite que suframos. Dios hace ambas cosas y lo hace para nuestro bien.

Muchos utilizan a los Patriarcas como ejemplo de que Dios puede prosperarnos, sin embargo se olvidan de las grandes dificultades que enfrentaron y las veces que fueron probados durante años antes de “poseer en herencia” las cosas que habían pedido a Dios.

Algunos se enfocan en el Jesús que sacó a los mercaderes del templo con látigo, otros se enfocan en el Jesús que amorosamente convenció a la Mujer Samaritana del pozo de que él era el mesías. Ambos tienen razón, pero al enfocarnos en solamente un área convertimos al Señor en un amargado acusador que nos exige arrepentimiento para librarnos del infierno y por el otro lado en un hippie cariñoso que trataba bien a las mujeres y a los leprosos, que hacía milagros y todo era peace and love. Necesitamos la visión completa.

Únicamente enfocarnos en un punto, no nos daría la visión completa. El problema es que somos extremistas, o queremos ser multimillonarios o queremos ser monjes ascetistas. Jesús no fue ninguna de las dos, nuestro propio pecado no nos deja ver la plenitud del evangelio en todas sus aristas.

Vivimos en un mundo espiritual y también en un mundo físico, ambos creados por Dios. En ambos somos llamados a darle gloria.

Ciertamente, Dios nos ayudó más que suficientemente con Cristo dándonos la salvación, pero también puede darte ese trabajo, esa sanación y esa libertad de la adicción. De hecho, “el se deleita en el bienestar su siervo” ¿Por que limitarlo?, el Dios de la Biblia es mucho más grande y complejo de lo que nosotros lo hemos convertido en nuestras mentes religiosas.

No se trata de creer en el Evangelio de la Prosperidad vs el Evangelio de la Reforma, se trata de aceptar el evangelio tal y como está expuesto en la Biblia. Dios si es ira y fuego consumidor, pero también es “Dios de milagros“, nunca olvides que “toda buena dádiva procede de El“.

Cuando leí Deutoronomio 5:18,19 no se puede leer eso sin tampoco leer lo que dice Deutoronomio 6. No se puede leer Ecleasiastes 5:19 sin leer lo que dice Eclesiastes 2:11. Dejemos de sacar de la Biblia únicamente lo que nos conviene.

En todo lo referente a la vida y doctrina cristiana, es mejor aceptar las dos verdades y no tomar posiciones extremistas. Si. Cristo nos salvó, pero debemos ser obedientes. Si. Dios es uno, pero también es tres. Si. Somos justos, pero también pecadores. Si. Somos responsables, pero también Dios es soberano. Si. Fuimos justificados y regenerados, pero aún estamos en santificación… y así podemos continuar y escribir un libro entero.

Las Escrituras son equilibradas. Seámoslo nosotros. No tenemos por qué pelear y entrar en discusiones cuando la Biblia señala que las dos o tres posiciones que pareciesen excluyentes en realidad forman parte de una misma verdad. Dios es VERDAD, pero también es GRACIA y esto no es una contradicción.

Los extremos hacen que los carismáticos crean en cosas que realmente Dios no prometió y que los “celosos de la sana doctrina” no crean en lo que Dios si ha prometido.

¿Acaso no dice su Palabra que “el se complace en darnos el Reino?, o que si un padre impío no da malos regalos a sus hijos cuándo le piden pan, ¿Acaso Dios no nos dará cosas buenas?

Nuestro Dios es más complejo que nuestras ideas sobre El. Es por ello que queremos evitar todo lo que sea una contradicción en nuestro sistema de creencias. Esas “contradicciones de la Biblia” de las que hablan los ateos, usualmente o son tomadas fuera de contexto, o se trata de que hay que aceptar ambas cosas, por que ambas son ciertas.

Imagina por un momento un cristiano que crea tanto en la soberanía de Dios sobre la vida y la muerte que decida no hacer ejercicios ni cuidar su alimentación, después de todo: Dios nos lleva cuándo el quiera.

Imagina por otro lado a un cristiano que trabaje tanto por su salud y haga tanto ejercicio que ha dejado de poner su fé en el Señor y confía en su propia inteligencia, en sí mismo. Si el primero hiciera un poco de lo segundo, y el segundo un poco de lo primero habría más equilibrio. Claramente ambas posturas son sanas hasta cierto punto pero han sido llevadas al extremo.

El Dios de la Biblia está interesado en la vida eterna, el cielo. Sí. Pero también está interesado en lo que haces en esta tierra, en la vida aquí y ahora, con tus vecinos y familiares, contigo mismo. Hay que tener un balance, no podemos vivir enteramente preocupados por las cosas del mundo cómo los estudios, las relaciones y los negocios pero tampoco podemos convertirnos en monjes ascetistas que viven en nubes metafísicas. Ninguna de las dos cosas son cristianas.

Hagamos un compromiso con el Cuerpo de Cristo:

También hace unos días, un pastor muy querido: Rodney LaSalvia, me compartió una iniciativa individual que tuvo. Quizá un sentir de Dios. Durante dos semanas estaría orando por Colombia. Cada día me manda un audio y un mensaje escrito para clamar a Dios por esa nación al mismo tiempo que descansamos en su paz. ¡Eso es hermanos!, esa es la postura correcta que debíamos tener.

Jesús no sólamente es el fundamento, es toda la estructura, él no sólamente es la cabeza, el es todo el cuerpo. Hacerle daño a la Iglesia es hacerle daño al Señor. Hagamos un compromiso con el Cuerpo de Cristo de ahora en adelante para ser más efectivos en nuestro propósito de darle gloria y construir el Reino:

Yo ____________, dejaré atras mi propio corazón altanero y orgulloso en cuanto a temas teológicos. Comprenderé mi pequeñez y la grandeza de Dios. Me dejaré persuadir por puntos de vista distintos al mío que pueda encontrar en la Biblia. Entenderé que mis hermanos no necesitan mis peleas sino mi edificación. Que yo no tengo la verdad absoluta sobre cada punto de doctrina. Y apostaré porque todas las personas que crean en las 5 Solas (y esto incluye aquellos que no saben sobre las 5 Solas pero aun así las creen) son mis hermanos en Cristo, les debo amor, respeto y servicio. A todos los amaré y respetaré de ahora en adelante, aunque no comparta su teología. En el nombre de Jesús, a El toda la Gloria por todos los Siglos. AMEN.

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Teología

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