Vida Diamante

food, table, egg-3230799.jpg

En los años 60s muchos matrimonios buscaban recibir consejería de un pastor para resolver sus problemas matrimoniales y lo que recibían era usualmente cosas abstractas sin aplicación real, cosas por ejemplo como la siguiente declaración: “Tienen que expresar el evangelio con su cónyuge, las bodas del cordero y dejar que Dios sea la tercera persona de su relación, así dejarán que El tome el control de todas las cosas y culmine la obra de Cristo en ustedes.

Eso suena bien, y es verdad. Pero es una verdad muy profunda, que debemos desglosar en acciones prácticas, son esas acciones prácticas lo que ese matrimonio al borde del divorcio está gritando desesperadamente. Lo mismo pasaba con personas que tenían adicción al alcohol.

Fue por esta gran necesidad que en el año 1976 se fundó en Estados Unidos la primera Asociación de Consejeros Bíblicos. Muchos seminarios incluyeron la consejería como parte de su pensum y varias personas estudiaron consejería como una vocación diferente a la del pastorado.

Muchos cristianos tienden a sumergirse en profundas reflexiones sobre Dios y su carácter. Sin embargo, cada vez que contemplo al Dios de la Biblia, me doy cuenta de dos aspectos fundamentales:

Primero, su mensaje es fácil de entender.

Segundo, Dios, pese a ser lo más complejo del universo, es un ser sumamente práctico.

No estamos llamados a ir más allá de lo práctico, y aunque no pretendo menospreciar la famosa expresión “let go and let God”, me cuestiono su validez como teología sana en la mayoría de los ámbitos.

La Biblia nos insta a ser responsables y prácticos en nuestra vida diaria.

Pablo, incluso en su lecho de muerte, no pide oración en lenguas por 7 semanas ni extremaunción en latín con 5 escapularios. Le pide a Timoteo una capa para combatir el frío y que le traiga pergaminos para escribir. Esto es interesante porque Pablo prioriza aspectos prácticos y materiales del diario en un momento crucial. Pablo entendía lo que estoy a punto de explicarte.

Dios habla de la provisión diaria de maná y declara que sus misericordias se renuevan cada mañana. En el Antiguo y buena parte del Nuevo Testamento, Dios se revela como el Dios de lo práctico, del diario vivir y de lo cotidiano. Interesante que Jesús pide por el pan de cada día, no por el de la semana, ni del mes.

Cada día tienes que buscar a Dios, cada día tienes que agradecer, arrepentirte. Cada día tienes que reflejar su gloria en todo lo que haces, dices y piensas.Cada día tienes que amar y dar sin esperar nada. Jesús nos dice que cada día tiene su propio afán. La lucha contra la carne es a diario. No pecar, orar, meditar en su palabra y anunciar el evangelio.

Jesús no nos trae complejos libros de canon llenos de sistemas religiosos, no hay formulas complejas ni catecismos que recitar en griego koiné. Sólo disciplina, que no sirve para el ayer ni el mañana, sólo para el hoy. Practicidad y simpleza que asombran a los que pensaban que había un misterioso secreto en la vida cristiana.

El Jesús que le preparó el desayuno a Pedro

Pocas personas tienen más habilidades prácticas bajo la manga que un carpintero.Jesús no estaba recluido en una nube metafísica escribiendo ensayos soteriológicos para seminarios teológicos. Tampoco estaba preocupado por el próximo congreso apostólico y profético de la unción quíntuple con fuego extraordinario. El se preocupaba por cada aspecto de la vida cotidiana de sus discipulos. Si habían o no tenido una buena pesca, si tenían para pagar sus impuestos.

Por las enfermedades de las personas. Por que la boda tuviese buen vino. Por la comida y la bebida de todos los que lo seguían, lo que llevó a milagros como la multiplicación de los panes y los peces. Y cada ejemplo para expresar el Reino y el corazón del Padre nos lo expresó en simples historias, muy fáciles de entender.

Tenemos una fatal tendencia de abandonar lo práctico y entregarnos a lo místico. Por simple pereza. Flojera espiritual. Sabemos que el evangelio práctico conlleva disciplina, pero el misticismo y el academicismo no demanda de nosotros mucho más que unas cuantas oraciones, o decretos, o declaraciones y “rabasayas“. O simplemente ser lectores expectantes pasivos de la película del cosmos que se va desarrollando delante de nosotros.

El siguiente verso que pondré de ejemplo me gusta mucho:

“El caballo se alista para el día de la batalla; pero Jehová es el que da la victoria.” – Proverbios 21:31

Solemos tomar ese versículo como una indicación de que no importa lo que hagamos por prepararnos a diario pues Dios es quién da la victoria. Conociéndo el carácter del Dios de la Biblia, esa es una interpretación errónea. Nótese que dice que el caballo se alista. No dice nunca que no debes preparar tu caballo para la batalla.

Algunos hermanos creen que en realidad el versículo quería decir algo similar a: “No alimentes al caballo, no le limpies la popó, no te encargues del establo, no lo ejercites ni lo entrenes, eso es falta de fe varón, pues la victoria la dará Jehová” La victoria la da el Señor pero la fe consiste en prepararse y tomar medidas prácticas.

Muchos hermanos también consideran que un método para luchar contra el pecado les ayudaría en vivir su cristianismo de forma más auténtica. Pero es asombroso que el cristianismo se vuelve especialmente práctico en la lucha contra el pecado. No se trata solo de reprender o atar ni de “huir de la tentación”, sino de morir, esto es renunciar (a diario) al amor por el mundo y sus deseos mundanos, como nos enseña la carta de Juan.

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”1 Juan 2:15-17

Esta enseñanza es sumamente práctica: evitar el amor desmedido por las cosas terrenales, los deseos visuales y emocionales, y la arrogancia. Juan no se complica con términos teológicos complejos en latín, no nos da sistemas ni métodos. Sino que nos brinda una guía sencilla y práctica en su carta. Nuestro Padre es la luz, por lo tanto seamos también representantes de esa luz y no tengamos negocios con la oscuridad.

Avanzaremos grandemente cuándo entendamos que la Biblia no es un libro para adquirir información ni conocimiento académico, sino una guía para la transformación. Leemos, revisamos nuestra vida y aplicamos. Una y otra vez. Y es mediante la transformación, que nos acercamos al carácter de Cristo que tanto agrada a Dios.

La teoría es tan hermosa que nos puede seducir al borde de enamorarnos. Pero sólo en las acciones prácticas la Palabra se hace Carne en nosotros. Ver a Dios en ti, en tu vida, en los hermanos y en cada cosa que haces es el cristianismo verdadero.

Confiamos en el Dios de lo cotidiano, en el Dios práctico que nos habla en lenguaje simple y que nos guía en nuestra vida diaria. Pero que no se quede en otra entrada de blog bonita que leíste. ¿Que acción práctica harás hoy en tu trabajo, en tu casa y en tu vida cotidiana para honrar al Padre de las Luces y al Rey de la gloria?

category:

Teología

Tags:

No responses yet

Deja un comentario

Latest Comments

A %d blogueros les gusta esto: