Shakespeare y la Biblia: El Vínculo Inquebrantable que Redefinió la Historia Literaria Occidental
Hoy en día muchas personas creen estar citando a William Shakespeare cuando realmente están citando la Biblia. La razón de ello es que el genial escritor británico utilizó más de 1,300 referencias bíblicas en sus escritos. Todos los biografos de Shakespeare lo reconocen como un asiduo lector bíblico.
Sin embargo, Shakespeare no fue inspirado por las famosas traducciones inglesas King James, ni por la de Wycliffe o la de Tyndale. Al igual que Locke, fue en la protestante Biblia de Ginebra dónde Shakespeare encontró la mayor inspiración para sus dramas, tragedias y obras literarias.
Curiosamente hay una cosa que tienen Cervantes y Shakespeare en común además de ser grandes escritores y el que murieron el mismo día: La utilización de la Biblia como fuente de inspiración.
Shakespeare se refiere a 42 libros de la Biblia (en sus 38 obras), tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. La escritura de Shakespeare contiene más referencias a la Biblia que las obras de cualquier otro dramaturgo isabelino. Incluso hombres no religiosos reconocieron este vínculo, como el famoso novelista francés Victor Hugo, cuándo dijo: “Inglaterra tiene dos libros: La Biblia y Shakespeare. Inglaterra hizo a Shakesperare, pero la Biblia hizo a Inglaterra.”
La Biblia entre las páginas de Shakespeare:
Al exponer ejemplos de cómo la Biblia entra en las obras de Shakespeare, comenzaré con un enfoque muy útil proporcionado por C. S. Lewis. Lewis distingue entre la Biblia como fuente y la Biblia como influencia: “Una fuente nos da cosas de las que escribir; una influencia nos impulsa a escribir de cierta manera”.
Shakespeare no usó material de la Biblia para crear sus historias de ficción solamente, como lo hizo Milton. Además de usarla como fuente, la utilizó como influencia. Es decir, la Biblia influyó en la forma en que Shakespeare abordó los temas morales, filosóficos y espirituales de las tramas de sus obras.

A continuación mostraré algunos ejemplos específicos de cómo el genio literario supo valerse de referencias a la Biblia en sus obras. Esto es sólo una pequeña fracción de los más de 1.300 casos a lo largo del canon de Shakespeare:
En el Mercader de Venecia, Shylock, un personaje judío, conoce a la perfección la historia del Antiguo Testamento: “Cuando Jacob llevaba a pastar los rebaños de su tío Labán, este Jacob, que fue de la familia de nuestro santo Abrahán, gracias a las medidas que su prudente madre tomó en su favor, el tercer descendiente…; sí, el tercero”. (Acto 1, Escena 3)
En el Acto 4, escena 1 (líneas 183 y 184); Portia dice que la misericordia es como la lluvia que cae del cielo sobre todos. Esta afirmación se entiende mejor cuando la relacionamos con las palabras de Jesús que dicen que Dios hace caer la lluvia tanto sobre justos como sobre injustos (Mateo 5:45). En otras palabras, Portia sugiere que la misericordia (al igual que la lluvia que cae sin hacer distinciones) debería ser otorgada a todos, independientemente de si la merecen o no. La lluvia suele ser el principal ejemplo de la conocida doctrina protestante de la Gracia Común.
En Trabajos de amor perdidos , Acto 4, escena 3, Longaville utiliza la frase “Tu amor está lejos de la caridad” para reprender a Dumain. En Romanos 13:9-10 de la versión inglesa menciona que el amor verdadero es caridad.
En Timón de Atenas, Acto 5, el Senador dice: “Que, como un jabalí demasiado salvaje, arranca de raíz la paz de su país”. Esto es una referencia al Salmo 80:13.
En Ricardo II, podemos encontrar una variedad de referencias bíblicas. en el Acto 1, escena 1, se produce un intercambio entre Ricardo y Mowbray, dicho intercambio es una alusión a Jeremías 13:23 de la Biblia de Ginebra: “…¿o el leopardo cambiará sus manchas?”
Ricardo : Los leones domestican a los leopardos .
Thomas: Si, pero no le cambian las manchas.
Más adelante, en el mismo acto, el obispo de Carlisle dice: “El desorden, el horror, el miedo y el motín habitarán aquí, y esta tierra será llamada el campo del Gólgota y de los cráneos de los muertos “. Este es un pasaje de Mateo 27:33 (o Marcos 15:22).
En el Acto 3, Escena 2 y en Acto 4, Escena 1 oímos al rey exclamar: “Tres Judas, y cada uno tres veces peor que Judas. ¿Has podido hacer la paz? ¡Que el infierno aterrador declare la guerra a sus almas amancilladas por esta ofensa!”. “¿No solían gritar, saludándome: “Salve? Así hacía Judas con Cristo. Pero El, entre doce hombres, no encontró más que uno falso; yo entre doce mil, no hayo uno solo fiel”.
En el Acto 5, Escena 5 el rey Ricardo dice: “Los mejores, como los que se relacionan con las cosas divinas, están mezclados de escrúpulos y suscitan antagonismos con las entonadas palabras, como, por ejemplo: “Venid, vosotros los humildes”. Y todavía: “Es más difícil entrar un rico en el reino de los cielos que pasar un camello por el ojo de una aguja”. La primera cita es una referencia a Mateo 11:28 y la segunda es transcripción de Marcos 10:25.
Más adelante, en la Escena 6 Mowbray dice: “Si alguna vez he traicionado, bórrese mi nombre del libro de la vida.” Y esto es una referencia directa de Apocalipsis 3:5.
En Cómo Gustéis, Celia dice: “Cuán breve es la vida del hombre, la extensión de un palmo”, haciendo referencia al Salmo 39:6 que habla de la brevedad de la vida del hombre.
En el acto 4, escena 3 de Macbeth, mientras Ross y Macduff idean estrategias, Ross declara: “Now is the time of help” (línea 187). La expresión “time of help” tendría un tono familiar para cualquier lector de la Biblia en la época de Shakespeare y también hoy (Salmo 46:1, Hebreos 4:16, Isaías 33:2 y 49:8).
Cuando Lady Macbeth intenta pasar por alto el asesinato del rey Duncan con el comentario despreocupado de que “Un poco de agua purificará este acto. ¿Ves qué fácil ha sido?” (Acto 2, escena 2, línea 71), luego se lava las manos convirtiéndose en Pilato, lavándose las manos inútilmente en una falsa inocencia. Al final de la obra, Macbeth se convierte en Saúl, un rey condenado a muerte consultando a una bruja.
La Biblia también sirvió de modelo para los estilos literarios de Shakespeare. En “El Rey Lear” se nos describe un mundo decadente y esclavizado en medio del colapso cósmico y moral. Los personajes malvados se aprovechan de los débiles como si fuesen animales. Las imágenes de tortura y clamor son predominantes. Elementos naturales como la lluvia, el fuego, el granizo y el rayo afligen a la humanidad sufriente que vive con la esperanza de ser salvada. Hay tantas referencias al Apocalipsis bíblico en Rey Lear, que se han escrito libros sobre el tema.
En Hamlet, su obra más famosa, leemos en la primera Escena del Acto 5, que un enterrador se sorprende por la ignorancia bíblica de su compañero.
“Entran dos clowns (sepultureros rústicos) con picos, azadones, etc., y pónense a cavar una fosa”. SEPULTURERO 1º.- “Lo cierto es que no hay caballeros de más antigua prosapia que los hortelanos, los cavadores y los sepultureros, que son los que ejercen el oficio de Adán.”
SEPULTURERO 2º.- “¿Era Adán Caballero?”
SEPULTURERO 1º.- “Fue el primero que usó armas.”
SEPULTURERO 2º.- “¿Qué estás diciendo, si nunca fue armado? “
SEPULTURERO 1º.- “¡Cómo que no! ¿Serás hereje? ¿Cómo entiendes tú la Sagrada Escritura? La Sagrada Escritura dice: “Adán labraba”. ¿Cómo podía labrar la tierra sin ir armado de brazos?….”
HAMLET.- “Esa calavera tenía lengua y podía en otro tiempo cantar. ¡Cómo la tira contra el suelo ese bribón, como si fuera la quijada con que Caín cometió el primer asesinato!”.
Hamlet y el Evangelio:
Uno de los ejemplos más bíblicos en las obras de Shakespeare se encuentra cerca del final de “Hamlet”. Durante cuatro actos de la obra, Hamlet intentó corregir al mundo con su propia fuerza, y el resultado fue una gran cadena de fracasos.
La lucha interna de Hamlet contra sus propios deseos y su anhelo por convertirse en un ser moral, se vincula con la narrativa bíblica de la caída del hombre en el Edén. El pecado se manifiesta en la historia de Caín y Abel, reflejada en el asesinato de Hamlet por su tío Claudius. La mortalidad, una maldición resultado del pecado, se entrelaza en el tejido de Hamlet desde el principio hasta el final. La redención se explora principalmente a través del personaje de Claudius, quien, a pesar de su culpabilidad, lucha por la redención pero elige seguir el camino del pecado.
En el acto 5, Hamlet se transforma en un modelo de fortaleza cristiana al confiar en la providencia divina y renunciar a la iniciativa humana. Mientras se prepara para un duelo con Laertes, Hamlet dice a Horacio que ha tenido dolores alrededor de su corazón. Cuando Horacio sugiere que Hamlet cancele el duelo, Hamlet dice: “Hasta en la caída de un gorrión interviene la Providencia.“
La declaración de Hamlet sobre confiar en la providencia divina alude a la famosa declaración de Jesús sobre el gorrión: “¿No se venden dos gorriones por un cuarto? Y ni uno de ellos caerá a tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos gorriones” (Mateo 10:29-31).
Claramente Shakespeare era un amplio conocedor de las Sagradas Escrituras, y fueron estas la mayor fuente de inspiración de su vida y carrera artística. Un hecho interesante y curioso que muy pocos conocen o están dispuestos a examinar. Pese a que nunca escribió sobre doctrinas ni teología pura, no debería extrañarnos, pues fue un dramaturgo que componía tragedias y comedias teatrales, no un teólogo con la misión de escribir exclusivamente sobre temas espirituales.

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