En teología se suele usar mucho los “similes” o “parabolas” que son ilustraciones que nos ayudan a entender mejor un concepto invisible y espiritual, al mismo tiempo que nos ayuda a asimilarlo en nuestro subconciente.
A mi me encantan los emparedados, especialmente los de cierta cadena famosa. En una ocasión estaba con mi esposa comiendo y estábamos conversando sobre como saber la voluntad de Dios para nuestra vida, yo le dije lo primero que vino a mi mente: “La voluntad de Dios para mi vida en este momento es que yo disfrute este sandwich que hay en mi plato“, luego oramos y comenzamos a comer, dejamos de hablar del asunto para enfocarnos en cosas un poco más terrenales.
Pensando más a fondo en aquel incidente creo que para explicar de forma más sencilla como es que un Dios soberano responde a nuestras oraciones podemos ilustrarlo como ir a una cafeteria y ordenar un sandwich.
Usted ordena el emparedado que desea, si de pollo, con o sin queso, con mayonesa extra o BBQ, le das las instrucciones detalladas a la mesera. Luego le dan una instrucción, “pase por caja” o “vaya esperar en su mesa”, después de cumplir su parte ya no queda más que hacer, solamente viene un tiempo de espera. Usted usualmente no sabe quien está cocinando el sandwich, que ingredientes usará, de donde vienen esos ingredientes ni si se lavó bien las manos. Sin embargo, usted confía en que aún cuando puede ocurrir que no le guste, está seguro de que no habrá nada “incomestible” dentro de su sandwich, como un insecto vivo (ni muerto, al menos en occidente los odiamos).
En el tiempo de espera que está en la mesa, suele enfocarse en otras cosas, si bien tiene hambre, puede revisar su teléfono inteligente, hablar con su acompañante o usar el sanitario, usted no va a ir furioso a la chica del mostrador y gritarle: ¡Oye por que no me has traído mi Sandwich han pasado 10 segundos!, luego del tiempo de espera usted recibe su emparedado, y no sabrá que tanto le guste hasta que haga el primer mordisco.
Usualmente, nunca está como yo lo quiero, aveces se olvidan de poner cebolla u otro ingrediente como queso cheddar, aveces no tienen suficiente ketchup por eso tengo que pedir adicional o aveces simplemente por ejemplo me traen un emparedado de atún cuando pedí roast beef, y está bien, me los como igual. Hay ocasiones en dónde la persona que preparó su emparedado parece haber recibido la siguiente orden: “Estamos en modo racionamiento, prepare los emparedados como si sólo hubiese muy poco para todos.” Aveces está mucho mejor de como yo lo he pedido. Sin embargo, al menos para mi, esto es esperable. Cuando era niño si solía molestarme cuando las cosas no eran como yo quería, pero una vez fuiste adulto y trabajaste detras del mostrador, sabes que esas personas están haciendo lo mejor que pueden con lo mejor que saben.
Una vez comienzas a comerlo, lo disfrutas. Allí está; ese es el final de la “doctrina del sandwich”, para resumirlo mejor: “Aunque pidas cosas, acepta el tiempo de espera, acepta lo que viene sobre tu plato cuando está listo para comer y luego disfrútalo confiando en que el creador de dicha situación no puso nada incomestible ni venenoso en ella.” Cada vez que vayas a pedir una pizza, o lo que sea, Descansa en la premisa de que un restaurant – como todo negocio – desea que “le des gloria” (les recomiendes a otros), por eso no harán nada repulsivo ni peligroso a tu plato, recuérdate a ti mismo de que Dios es el proveedor y que el está obrando en tu vida, para tu bien, usando lo que le pediste en secreto, pero aún así El es soberano y El sabe mejor “cuando y como” te entregará tu pedido, tu pides pero El es responsable de ti, así que tu única labor en la oración es la misma que cuando vas a la cadena de restaurantes: Pide con fe, espera pacientemente, disfruta cuando llegue y agradece, recomienda, dale 5 estrellas, pues todo lo que hace Dios es para su gloria.
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[…] fe y con frecuencia según el modelo del Padre Nuestro, sé humilde, no exijas, apela a su Gloria y descansa en la grandeza un Dios soberano que está formando a Su Hijo en […]